La bandera de la República de Colombia es el pabellón que representa al país, y que, junto al escudo y el himno nacional, tiene la categoría de símbolo patrio. Consiste en un rectángulo dividido en tres franjas coloreadas con los colores primarios, ocupando la superior la mitad de éste.
El pabellón de Colombia tiene su origen en la composición tricolor creada en 1801 por el general venezolano Francisco de Miranda, quien describía en su diario militar el uso de los colores primarios como bandera para representar a las naciones latinoamericanas que en aquel entonces estaban en proceso de independencia y terminó representando a la Gran Colombia.
De acuerdo a la interpretación moderna de los colores, estos significan:
Amarillo: representa la riqueza del suelo colombiano, así como el sol, fuente de luz, y la soberanía, la armonía y la justicia.
Azul: representa el cielo que cubre la Patria, los ríos y los dos océanos que bañan el territorio colombiano.
Rojo: representa la sangre vertida por los patriotas en los campos de batalla para conseguir la libertad, la que significa amor, poder, fuerza y progreso.
Para empezar y como era de esperarse, es necesario remontarse poco más de dos siglos atrás, cuando Francisco Miranda uno de los precursores de la independencia del país, se estableció para defender el territorio que hoy conocemos como Colombia, definiendo desde allí en el año 1801, los colores que hasta hoy lleva nuestra bandera.
Aunque de acuerdo a la historia se tiene cierta certeza que este personaje independentista dio vida a los colores que pasarían a hacer parte de éste símbolo patrio tal como se le conoce hoy en día; por el contrario no se sabe a ciencia cierta las razones por las que Francisco Miranda eligió justamente el amarillo, el azul y el rojo para adornarla y no otros.
Pese a que fue Francisco Miranda quien definió los colores de la bandera como ya se ha mencionado, fue Simón Bolívar quien ondeo e hizo visible la tricolor en 1816 por primera vez, para más tarde en 1821 ser expuesta internacionalmente nada más y nada menos que en Whashington. (Umaña y Tarazona, 2008)
Ahora bien, para que estos tres colores fueran los que oficialmente nos representaran ante el mundo, no bastaba solamente con el chispazo de inspiración de Francisco Miranda, o con el gesto de Simón Bolívar.
Francisco Miranda